José Firket -escritor pulp y sicario part time- debe tomar un avión y matar a un tipo importante, pero en su camino, enmarcadas dentro de complots internacionales y una humedad sofocante, se interponen algunas dificultades: la mala puntería, asuntos inconclusos del pasado, un competidor extranjero y problemas con sus editores.

Como una granada de fragmentación, Miceli construye esta atrapante novela con oraciones cortas en constante entropía y respiración agitada, donde la historia se particiona en búsquedas microscópicas que reflexionan sobre la imposibilidad de contar una historia. Pero Firket nos deja una advertencia: el riesgo no sería llegar a un lenguaje roto a través de la locura, sino llegar a la locura a través de un lenguaje roto. Lo indeleble es que ambos van de la mano.

—Cezary Novek—